Todos las usamos, y las vamos cambiando según por donde nos va llevando la vida, cientos de máscaras, desde oscuras, hasta brillantes, para impresionar, pasando por máscaras de hielo para no mostrar ni un solo sentimiento, ni una sola debilidad.
Lo que suele ocurrir es que cuanto más usamos una máscara, más de ella se nos queda pegada, hasta el punto de que puede convertirse en parte de nosotros.
Yo ya no las necesito... que como me siento?
Un poco mas libre.
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