Le preguntaron a un maestro zen: "¿Qué hay después de la muerte?" Y él dijo: "No lo sé, todavía no me he muerto".
Yo estoy aquí, y sé que lo que soy avanza...Estoy hundido en la tierra.. ¿Hacia donde me dirijo? La tierra me mueve y me desplaza.. avanzo con el universo. ¿Qué me importa el después? Nunca me ha importado cómo seré a los 80 años, o a los 100, o a los 1,000. Lo que me importa es ser ahora, no adónde voy...
Cuando empiezas poco a poco a desprenderte de tu identidad, a ser un humano genérico, dejas de verte en una edad determinada. Luego dejas de identificarte con el tiempo en general. Después ya no te reconoces originario de una patria o hablante de una lengua determinada. No te ves en tu nombre, no te confundes con las cosas que posees...
Te agarras a lo que eres. A la alegría de la vida. Eres cada vez más feliz y no necesitas el traje rígido del cáracter o de la personalidad. Te haces fluido, como el agua. Lao Tse dice: "Hay que ser como el agua que toma la forma del vaso que la contiene" Vas por la vida tomando formas y eso es magnífico. Hay un momento en que lo aceptas y te dices "Esto que soy yo desaparece" Y una vez que eres consciente, todo el tiempo estás ahí. Sientes en tus talones un abismo de vacuidad total, y vas avanzando como una luz. Y esa luz que eres sabes que se la va a tragar el abismo. Existe la esperanza de que te disuelvas con un goce infinito en el océano cósmico, y eres tú, pero siempre que aceptes a ceder tu conciencia. El último don que tú das es tu conciencia.
Cuando lleguemos a la muerte, lo mejor que podemos ofrecer es una perfecta y luminosa conciencia, una conciencia clara que supiste crear...
En la vida hay que estar siempre atento, no en tensión. El esfuerzo es necesario y cuando digo esfuerzo no lo digo como algo desagradable, porque yo no creo que haya que hacer cosas que detestamos sino cosas que nos gustan. Cuando hablo de esfuerzo, hablo de pintar, danzar, vivir, etc. son esfuerzos placenteros. Debemos hacer lo que nos agrada en la vida y esforzarnos en ello.
¿A qué podemos aspirar en esta vida? A muchas cosas. Pero sobre todo a VIVIR. Para eso necesitamos trabajar en lo que nos gusta y, siempre que seamos seres pacíficos, hacer lo que nos gusta. Debemos ser lo que somos y no lo que quieren que seamos. Amar lo que amamos sin obligación, sin nudos neuróticos que no podamos desatar. Desear lo que queramos y crear lo que seamos capaces de hacer. Vivir con cierta prosperidad, pero una prosperidad para todos, no una prosperidad basada en explotar al otro. Hay que vivir como si fueramos inmortales, pensando que tenemos mil años por delante para hacer lo que queramos, pero sin olvidarnos que en diez segundos podemos morir....
No hay comentarios:
Publicar un comentario