"Lo que acaba de ocurrir en el supermercado es terrible e ilustra muy bien el estado de las cosas: en las colas para pagar, un hombre de mediana edad, sin mala pinta, un padre de familia, con su carrito verde pequeño con dos litros de leche y algunos paquetes de pasta, suplicaba por favor una ayuda para pagar unos productos de primera necesidad, no más de cuatro euros seguro. Se me para el corazón ante una situación tan humillante, un hombre hecho y derecho pidiendo para llevar dos bolsitas de macarrones, tomate y leche a su casa. Le comento a los de mi alrededor que si ponemos 50 céntimos cada uno el hombre podrá pagar la cuenta y sus hijos al menos comerán unos días.
Hacen como que no existo hasta que digo un -me cago en todo- a viva voz y como puedo, intento explicar que esto nos puede pasar a cualquiera de nosotros cualquier día. Más silencio. Tan solo una viejita (de las que habrá pasado hambre despues de la guerra) y sin decir nada, colabora con un euro, yo pongo tres. El hombre, avergonzado, coge el dinero. Más silencio incómodo en las colas y en las cajas.
Es la victoria de la ideología dominante: no hay pobres, hay perdedores.... Inadaptados que no aprovecharon las oportunidades que la mano invisible del mercado puso a su alcance. La pobreza ya no tiene una explicación social y política; responde a la pereza o incompetencia del sujeto, eso nos dicen, y lo peor de todo es que nos lo creemos, y nos lo comemos con patatas fritas mientras vemos la tele y celebramos la victoria de nuestro equipo de fútbol.
Hacen como que no existo hasta que digo un -me cago en todo- a viva voz y como puedo, intento explicar que esto nos puede pasar a cualquiera de nosotros cualquier día. Más silencio. Tan solo una viejita (de las que habrá pasado hambre despues de la guerra) y sin decir nada, colabora con un euro, yo pongo tres. El hombre, avergonzado, coge el dinero. Más silencio incómodo en las colas y en las cajas.
Es la victoria de la ideología dominante: no hay pobres, hay perdedores.... Inadaptados que no aprovecharon las oportunidades que la mano invisible del mercado puso a su alcance. La pobreza ya no tiene una explicación social y política; responde a la pereza o incompetencia del sujeto, eso nos dicen, y lo peor de todo es que nos lo creemos, y nos lo comemos con patatas fritas mientras vemos la tele y celebramos la victoria de nuestro equipo de fútbol.
2 comentarios:
Así es, todo lo que nos han contado durante tanto tiempo nos lo hemos creido, y ya ves el resultado, zombis por las calles, espero que algún día despetemos de este horrible sueño..
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