martes, 22 de mayo de 2012

El masaje es una de las artes más sutiles

"...El masaje es una de las artes más sutiles; y no es sólo cuestión de experiencia. Es más una cuestión de amor.


Aprende la técnica, después olvídala. Entonces simplemente siente y muévete con tu sentimiento. Cuando aprendas profundamente ese arte, el noventa por ciento del trabajo lo hace el amor, el diez por ciento la técnica. Simplemente un mero contacto, un contacto amoroso, y algo se relaja en el cuerpo...
El masaje es necesario en el mundo porque el amor ha desaparecido. Hubo un tiempo en que bastaba el mero contacto entre los amantes. Una madre tocaba al niño, jugaba con su cuerpo, y eso era masaje. El marido jugaba con el cuerpo de su mujer y eso era masaje; era suficiente, más que suficiente. Era en parte una profunda relajación y en parte amor. Pero eso ha desaparecido del mundo. Con el tiempo hemos olvidado dónde tocar, cómo tocar, cuán profundamente tocar. De hecho, el contacto es uno de los lenguajes más olvidados...
...Cuando toques el cuerpo de una persona llénate de plegaria, como si el mismo Dios estuviera allí y tú tan sólo lo estuvieras sirviendo. Fluye con la energía...
Mientras des masaje, sólo masajea. No pienses en otras cosas, porque son distracciones. Estate en tus dedos y en tus manos como si todo tu ser, toda tu alma estuviera ahí. No permitas que sea sólo un tocar el cuerpo. Toda tu alma se introduce en el cuerpo del otro, lo penetra, relaja los más profundos complejos. Y haz de ello un juego. No lo hagas como si fuera un trabajo; haz de ello un entretenimiento y tómatelo como una diversión. Ríe y permite que el otro ría también.
Dar masaje es entrar en relación con la energía del cuerpo de algún otro y sentir lo que falta, sentir dónde el cuerpo está fragmentado y hacer de él un todo... ayudar a que la energía del cuerpo no sea ya fragmentaria, no sea ya contradictoria. Si las energías del cuerpo se van alineando y convirtiendo en una orquesta armónica, entonces has tenido éxito.
Así que sé muy respetuoso con el cuerpo humano. Es el santuario mismo de Dios, el templo de Dios. Así que con profunda reverencia, en oración, aprende tu arte. Es una de las grandes cosas a aprender".

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