No se debe juzgar la calidad humana de la gente,
en relación a cuanto amen y como se comporten con sus seres queridos.
No es meritorio amar a los tuyos, velar por tu gente... ser bueno con quien te quiere, es bien fácil.
Lo díficil es tratar bien a quien hace daño. Lo que habla de nosotros como personas, es la empatía, tolerancia y respeto que mostramos con aquellos que por algún motivo nos causan malestar o dolor. Es tan díficil, que muy pocos saben hacerlo. Me exasperan esas "buenas personas", peligrosas como una bomba con quienes creen que son sus enemigos, amparadas con la excusa del despecho,
la venganza, el perjuicio o los celos.
Nada justifica lo injustificable, y son tus acciones y reacciones con tus contrarios, quienes hablan de ti.
Recuerda esto antes de juzgar a una "buena persona".
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