sábado, 19 de mayo de 2012

Ser lo que no quieres ser...


Ser lo que no quieres ser, estar con quien no quieres estar y hacer lo que no quieres hacer es la raíz de todas tus desdichas.

¿Por qué todo el mundo quiere aparentar ser lo que no es? ¿Qué psicología hay tras ello?

Todo el mundo es condenado desde la más tierna infancia. Todo lo que haces por tu cuenta, desde tus propias preferencias, no es aceptable. La gente, el colectivo en el que un niño tiene que crecer, tiene sus propias ideas, sus propios ideales. El niño tiene que encajar con esas ideas e ideales. El niño está indefenso. ¿Lo has pensado alguna vez? El niño humano es la cría más indefensa en todo el reino animal... Naturalmente, los que tienen el poder pueden moldear al niño como ellos quieran. Todo el mundo se ha convertido en lo que es en contra de sí mismos. Ésa es la psicología que hay tras el hecho de que todo el mundo quiera aparentar ser lo que no es.
Todo el mundo está en un estado de esquizofrenia. A nadie se le ha permitido nunca ser él mismo, todo el mundo es obligado a ser otra persona con la que su naturaleza no le permite ser feliz.
Cuando uno crece y empieza a caminar por sí mismo, empieza a aparentar muchas cosas que le habría gustado que formaran parte de su ser en realidad. Pero en este mundo insano, te han distraído. Te han convertido en otra persona; tú no eres eso. Y lo sabes. Todo el mundo lo sabe; les han obligado a ser médicos, a ser ingenieros; les han obligado a ser políticos, a ser criminales, a ser mendigos...
Nadie está cómodo consigo mismo.
Alguien me contó que, en cierta ocasión, había un gran cirujano, muy famoso, que se iba a jubilar. Sus estudiantes y sus colegas, que eran muchos, le hicieron una fiesta de despedida. Todos bailaban, cantaban y bebían; él, sin embargo, estaba en un rincón oscuro, triste. Un amigo se le acercó y le preguntó: "¿Qué te ocurre? Estamos de celebración y tú estás aquí, tan triste... ¿acaso no te quieres jubilar? Tienes setenta y cinco años; podrías haberte jubilado hace muchos años. Pero no lo hiciste porque eras un gran cirujano, incluso con setenta y cinco años nadie puede compararse contigo, nadie te llega ni a la suela del zapato. ¡Jubílate ya y descansa!"
Él le contestó: "Precisamente en eso es en lo que estaba pensando. Estoy triste porque mis padres me obligaron a ser cirujano. Yo quería ser cantante, me habría encantado. Aunque sólo hubiese sido un cantante callejero, al menos habría sido yo mismo. Ahora soy un cirujano de fama mundial, pero no soy yo mismo. Cuando la gente me alaba como cirujano, para mí es como si estuvieran alabando a otro. Me han otorgado premios, doctorados honoris causa, pero nada de eso provoca la más mínima alegría en mi corazón porque esto no soy yo. Ser cirujano me ha matado, me ha destruido. Yo quería ser músico, aunque tuviese que mendigar por las calles. Pero habría sido feliz".
En este mundo sólo hay una felicidad, y consiste en ser tú mismo. Y nadie es el mismo, todo el mundo está intentando ocultarse tras máscaras, apariencias e hipocresías. Se avergüenzan de lo que son.
Hemos convertido el mundo en un mercado, no en un hermoso jardín al que a todo el mundo se le permite traer sus propias flores. Estamos forzando a las margaritas a dar rosas; ¿de dónde las margaritas van a sacar las rosas? Esas rosas serán de plástico, y en el fondo de sus corazones, las margaritas estarán llorando a lágrima viva y sintiéndose avergonzadas por no haber tenido el suficiente valor para rebelarse contra el colectivo. "Nos han impuesto flores de plástico, y nosotras tenemos nuestras propias flores auténticas, por las que corre nuestra savia, pero no podemos mostrar nuestras flores auténticas".
Te lo han enseñado todo excepto a ser tú mismo. Esta es la forma de sociedad más horrible que pueda existir, porque hace que todo el mundo sea desdichado...
Ser lo que no quieres ser, estar con quien no quieres estar y hacer lo que no quieres hacer es la raíz de todas tus desdichas...
Y a no ser que una persona decida: "Quiero ser yo mismo cueste lo que cueste. Aunque me critiquen, me rechacen o me falten el respeto; lo que sea con tal de no seguir aparentando ser otra persona". Esta decisión y esta declaración -esta declaración de libertad, libertad de la carga del colectivo- da nacimiento a tu ser natural, a tu individualidad. Entonces, no necesitas ninguna máscara. Entonces, simplemente, puedes ser tú mismo, tal como eres.
Y en cuanto puedes ser tal como eres, hay una inmensa "paz que sobrepasa la comprensión".

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