La persona en la cual el Tao actúa sin impedimentos
no daña a ningún otro ser con sus actos
y aún así no se considera bondadoso o manso
La persona en la que el Tao actúa sin impedimentos
no se preocupa de sus propios intereses
y no desprecia a los que sí lo hacen
Sigue su camino sin apoyarse en los demás
y no se enorgullece de andar solo
Aunque no sigue a la muchedumbre,
no se queja de los que sí lo hacen
El rango y la recompensa no le atraen,
la desgracia y la vergüenza no le desaniman
No está buscando constantemente el bien o el mal,
decidiendo constantemente sí o no
Los antiguos decían por tanto:
La persona del Tao permanece en el anonimato
La virtud perfecta no produce nada
No ser, es ser de verdad
y el mayor de los hombres es nadie...
Chuang-Tzu
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