jueves, 20 de octubre de 2011

La vida es darse, creía; y se dió...











Leo un artículo de un escritor de teatro, publicado en una revista de Moscú. El poder burocrático, dice el autor, hace que jamás se encuentren los actos, las palabras y los pensamientos: los actos quedan en el lugar de trabajo, las palabras en las reuniones y los pensamientos en la almohada.

Buena parte de la fuerza del Che Guevara, pienso, esa misteriosa energía que va mucho más allá de su muerte y de sus errores, viene de un hecho muy simple: él fue un tipo raro que decía lo que pensaba y hacía lo que decía.

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