lunes, 24 de marzo de 2014

Los zapatos...


Deberíamos prestar más atención a los pies y a los zapatos. 
Si lo hiciéramos nos daríamos cuenta de que los zapatos y los pies dicen mucho de la economía y la salud moral de éste planeta. 
En éste mundo sólo hay dos tipos de países , aquellos en los que hay más pies que zapatos y aquellos en los que hay más zapatos que pies...

Ludovico Einaudi. - Primavera -

Primavera



Flores, pájaros, alegría, buen tiempo, sol, Amor...
Bienvenida la primavera !


Sasha Sokol

Carta de Frida Kahlo a Diego Rivera


Sr. mío Don Diego:

Escribo esto desde el cuarto de un hospital y en la antesala del quirófano. Intentan apresurarme pero yo estoy resuelta a terminar ésta carta, no quiero dejar nada a medias y menos ahora que sé lo que planean, quieren herirme el orgullo cortándome una pata… Cuando me dijeron que habrían de amputarme la pierna no me afectó como todos creían, NO, yo ya era una mujer incompleta cuando le perdí, otra vez, por enésima vez quizás y aún así sobreviví.
No me aterra el dolor y lo sabes, es casi una condición inmanente a mi ser, aunque sí te confieso que sufrí, y sufrí mucho, la vez, todas las veces que me pusiste el cuerno…no sólo con mi hermana sino con otras tantas mujeres…¿Cómo cayeron en tus enredos? Tú piensas que me encabroné por lo de Cristina pero hoy he de confesarte que no fue por ella, fue por ti y por mi, primero por mi porque nunca he podido entender ¿qué buscabas, qué buscas, qué te dan y qué te dieron ellas que yo no te di? Por que no nos hagamos pendejos Diego, yo todo lo humanamente posible te lo di y lo sabemos, ahora bien, cómo carajos le haces para conquistar a tanta mujer si estás tan feo hijo de la chingada…

Bueno el motivo de esta carta no es para reprocharte más de lo que ya nos hemos reprochado en esta y quién sabe cuántas pinches vidas más, es sólo que van a cortarme una pierna (al fin se salió con la suya la condenada)… Te dije que yo ya me hacía incompleta de tiempo atrás, pero ¿qué puta necesidad de que la gente lo supiera? Y ahora ya ves, mi fragmentación estará a la vista de todos, de ti… Por eso antes que te vayan con el chisme te lo digo yo “personalmente”, disculpa que no me pare en tu casa para decírtelo de frente pero en éstas instancias y condiciones ya no me han dejado salir de la habitación ni para ir al baño. No pretendo causarte lástima, a ti ni a nadie, tampoco quiero que te sientas culpable de nada, te escribo para decirte que te libero de mí, vamos, te “amputo” de mi, sé feliz y no me busques jamás. No quiero volver a saber de ti ni que tú sepas de mí, si de algo quiero tener el gusto antes de morir es de no volver a ver tu horrible y bastarda cara de malnacido rondar por mi jardín.
Es todo, ya puedo ir tranquila a que me mochen en paz.

Se despide quien le ama con vehemente locura,

Su Frida

lunes, 10 de marzo de 2014

Igual da...


Igual da que sea un día u otro.
Igual da que en los noticiarios, los diarios y demás medios de comunicación del inmovilismo establecido nos digan una cosa u otra.
Igual da.
Las batallas por el reconocimiento de derechos empiezan por las guerrillas de las obligaciones. De los deberes. De lo que siempre ha sido la educación, con mayúsculas, que ha de empezarse -y terminarse- en casa.
De nada nos sirve clamar desde parlamentos, senados, uniones europeas y demás zarandajas públicas si desde la casa de uno, la de la infancia, la de los recuerdos, no hay una voluntad firme y férrea de tratar exactamente igual al hijo que a la hija. Si seguimos diciendo a fulanita que recoja la mesa y a menganito que se vaya a jugar y que no enrede en la cocina. Si no solo se le dice que la ropa sucia no va sola a la lavadora, sino que se le pone en la mano y se le dice dónde la ha de llevar.
Los hitos por los que se mide la igualdad de tareas y funciones, sueldos y salarios, responsabilidades y deberes; esos hitos, esa igualdad, es lo que celebraría (caso de celebrar algo) hoy, ocho de marzo. ¿El resto del año no merece la pena decirle a una mujer que trabaja que estás feliz por ella? ¿O a los hombres que trabajamos no se nos puede festejar tampoco?
De acuerdo que es un motivo de conquista social, que en los últimos ciento y pico años se han logrado centenares y que los actuales gobiernos ultraconservadores disfrazados de demócratas de toda la vida se están cargando los derechos de los trabajadores (de todos, sin distinción de sexo, tendencia sexual, color, sabor ni olor). Y merece la pena parar un día y recordar lo mal que estaban en 1906, cuando la jornada laboral semanal era de casi ochenta horas y no se descansaba ni un solo día, porque no había un marco legal que dijera que al séptimo descansara todo Cristo. Pero, como dice una amiga en su muro, muchas de las losas desigualitarias las ponemos nosotros mismos en nuestras cabecicas poco pensantes. Desde el momento en que nos olvidamos de querer ser iguales y asumimos que lo somos; desde el momento en que en casa se educa a los hijos en la repartición de tareas y no en la asunción sexual de las tareas; desde que entendemos que en casa se educa y en el colegio se forma... Desde que le damos a un hijo una escoba y a la hija la dejamos ver la tele un rato más, en ese momento, habremos sembrado igualdad.

Mi madre tenía por costumbre hacernos limpiar nuestro dormitorio; daba igual que fuera el de mis hermanas o el nuestro. Había que mantenerlo limpio y, una vez a la semana, el cambio de sábanas, limpieza de cristales y demás, corría por nuestra cuenta. Si no había limpieza, no había otros favores. Luego fue aumentando la cuota y, puesto que éramos seis en casa, todos arrimábamos el hombro. Unos más, otros menos. Pero se nos metió con pausa, sin prisa, que la igualdad bien entendida empieza en lo básico. Luego estudiamos, fuimos universitarios, salimos al mercado laboral y tuvimos que enfrentarnos a personas (no hombres o mujeres; personas) que unas veces ayudaban y otras pisaban el cuello. Siempre las traté de igual a igual, siempre respeté al compañero, al trabajador incluso, algunas veces, a los jefes. No había machos o hembras. Había personas.

Y hoy, mientras mi mujer se ha ido a trabajar todo el día, yo me he dedicado a limpiar, recoger, fregar, planchar, lavar y tender. Porque es lo me enseñaron en su momento, porque es lo que aprendí en su momento, porque es lo que debe ser.

El problema radica en lo que sí que no nos debe dar nunca igual, que es la educación y la formación de las nuevas generaciones. Yo no tengo hijos, y lo siento. Me hubiera gustado transmitirles este valor fundamental que me transmitieron a mí: la igualdad bien entendida empieza por asumir cada uno que no somos ni más ni menos que el de al lado. Sea lo que sea lo que tenemos al lado. No seamos perezosos ni dejemos que los que están a nuestro lado lo sean. Eduquemos, ayudemos, formemos y tratemos a todos en igualdad de condiciones.

Nos sorprenderán los resultados. Igual.
Fulgen García

Mujeres...


Porque las instrucciones de ensamblaje dicen que la mujer debe ser sumisa y andar de rodillas.
Y, sin embargo, algunas mujeres hacen la travesura de caminar erguidas.
Hay mujeres que rompen las instrucciones de ensamblado y se ponen de pie.
Hay mujeres sin miedo.

Dicen que cuando una mujer avanza, no hay hombre que retroceda.
Depende, digo yo desde mi machismo reloaded, mezcla de Pedro Infante y José Alfredo Jiménez.
Depende, por ejemplo, si el hombre está frente a la mujer que avanza.

Mi nombre es Marcos, tengo el defecto individual de ser hombre, macho, varón; y la virtud colectiva de ser los que somos, las que somos zapatistas.
Como tal, como tales, confieso que me asombra y maravilla ver a una mujer levantarse y ver saltar, rotas en pedazos, las instrucciones de su ensamblaje.

Es tan hermosa una mujer de pie, que da escalofríos el sólo mirarla.
Y escuchar es eso, aprender a mirar…
Salud a estas mujeres, a nuestras compañeras presas y a las que aquí se congregan.
Salud a su no tener miedo.
Salud a la valentía que nos contagian, a la convicción que nos transmiten de que si no hacemos nada para cambiar este sistema somos cómplices de él.

Desde la Otra Ciudad de México.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Mayo del 2006.

TODO


Los muertos no necesitan aspirina o tristeza, supongo,
pero quizás necesitan lluvia;
zapatos no, pero sí un lugar donde caminar;
cigarrillos no, nos dicen, pero un lugar donde arder. 
O nos dicen: 
Espacio y un lugar para volar, da igual. 
Los muertos no me necesitan, ni los vivos;
pero quizás los muertos se necesitan unos a otros. 
En realidad, quizás necesitan todo lo que nosotros necesitamos, 
y necesitamos tanto... Si tan solo supiéramos qué es. 
Probablemente es todo y probablemente 
todos nosotros moriremos tratando de conseguirlo 
o moriremos porque no lo conseguimos. 
Espero que cuando yo esté muerto 
Comprendas que conseguí tanto como pude. 

-Charles Bukowski- A 20 años de su muerte.

lunes, 3 de marzo de 2014

Paco de Lucía


Los amantes de la guitarra, estamos de duelo.

Keith Richards, guitarrista de los Rolling Stones, dijo alguna vez: 
"Decís que soy una leyenda de la guitarra, No tenéis ni idea. Solo hay dos o tres guitarristas que se pueden considerar leyenda. Y por encima de todos ellos está Paco de Lucía". 

La barriga se sacia rápido
El espíritu no se sacia nunca.
Paco de Lucía.

Vamos a contar verdades


Es mentira eso de que no se puede querer ni conocer a alguien por el aire.
Hace años que comparto mi camino con gente que está a miles de kilómetros, incluso a algunos o hace mucho no los veo o nunca " he visto".
No es verdad lo de la distancia ni lo del tiempo. Nada de eso existe.
Se puede amar y tocar con sólo cerrar los ojos.
Se puede estar en cualquier lugar del mundo en cualquier momento.
Cuando el abrazo se hace desde el alma, se sabe, que no es la primera vez que se abraza.
Hay un mar y varios mares que me "separan" de la gente a la que más amo y aun asi la siento tan cerca.
Ni estar cerca es estar cerca ni estar lejos es estar lejos.
Asi pues, cerca o lejos, vamos a contar verdades y amar con las alas grandes.