domingo, 23 de noviembre de 2008

Consejos de una madre

Cuando crezcas y quieras cambiar el mundo, nunca propongas soluciones drásticas que, en lugar de ayudar, terminarán provocando el caos. Mide y calcula el nivel de resistencia de tus ayudados. No los lleves más lejos de lo que puedan soportar....

Cuando tengas problemas espirituales, no busques ayudas externas que no harán más que confundirte. Cura a tu ser con otra parte de tu mismo ser. Tu eres tu propio médico: no encontrarás otro mejor...

Nunca fuerces sobre los problemas. Guarda calma y haz lo que puedas. Ellos mismos se solucionarán...

Si tu no puedes encontrar algo, haz que ese algo te encuentre. Si quieres luz, pónte donde no hayan barreras entre el sol y tú...

Cierta vez en tiempos difíciles, llegó un hombre a casa de mi madre a pedirle que albergara en nuestra casa a un importante revolucionario que andaba prófugo, con la condición de no hacerle preguntas. A las tres de la mañana, disfrazado de campesino, llegó un señor con anteojos de miope y una gran barriga. Entró como una sombra en la casa. Llevaba un saco lleno de ropa y libros. Mi madre le indicó mi dormitorio. Yo me fuí a dormir junto a la máquina de coser en un colchón sobre el suelo. El misterioso personaje nunca habló, nunca levantó la vista de sus libros -por cierto, forrados con papel ¿qué leería?- nunca hizo la cama, nunca barrió, nunca lavó un plato, nunca agradeció con un gesto y comió muchísimo. Los únicos ruidos que emitía eran veinte toses en la mañana. Una vez por semana iba un hombre y le pasaba un paquete y sin pronunciar palabra se iba.

Mi madre, pacientemente, lavaba sus calzoncillos, calcetines, pañuelos y camisas, le hacía de comer y aceptaba sonriente las incomodidades que el fantasma nos causaba. Una madrugada, el hombre que lo visitaba le dijo algo al oído y el hombre se fué con él, asi, sin despedirse de nosotros. ¡Habian pasado seis meses! Lloré de rabia.

Mi madre me dijo: ¿Qué sabes tú, lo que le sucede a ese ser? Si se comportó así es que no quería dejar huellas. - ¡Pero pudo haber sido más educado mamá!-

¡Todos los días hago las mismas cosas por ti y nunca me las agradeces!

¡Has de saber que lo recibí porque podrías haber sido tú! Un día, cuando crezcas y luches por tu libertad, quizá alguien te perseguirá y necesitarás un refugio. Otra madre, entonces me pagará este favor albergándote a ti, sin preguntarte ni pedirte nada. De eso estoy segura porque sé que no soy la única en el mundo y si yo soy capaz de un acto generoso, otro ser humano habrá que haga lo mismo por ti!

Solo a través del presente
se es accesible a lo intemporal
sólo adueñándose del tiempo,
llegaremos allá dónde se ha extinguido todo el tiempo
cada instante es precioso:
pues cada instante puede serlo TODO

A. Jodorowsky

domingo, 16 de noviembre de 2008

Quizá














Qué el mundo cada día está más dificil?
Qué la humanidad no tiene salvación?
Qué no tenemos curación?
Quizá......
Pero no es asi....
Quizá pensemos que no podemos salvar el mundo, pero podemos comenzar a salvarlo...

Quizá pensemos que no tenemos salvación, pero podemos comenzar a salvarnos...
Quizá pensemos que no tenemos curación, pero podemos comenzar a curarnos..
Si... la vida... vivir... todo....es un eterno comienzo...