lunes, 10 de diciembre de 2012

Felicidad


Háblale del mercado, de las mentiras de la prensa, de la desidia de los gobiernos, de los políticos corruptos, de la tristeza del tiempo que nos toca vivir, háblale de haber vivido por encima de sus posibilidades, háblale de la subida del pan, de la luz, de la gasolina, del precio del autobús, de las monarquías y sus ochenta ladrones. Háblale si quieres, pero no esperes respuesta. Su mundo es otro. Él, ella, está justo donde yo querría estar. Ella, él , son pura poesía.

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