-Risto Mejide. Que la muerte te acompañe.-
Esta demostrado, solo aprendemos tras haber cometido un gravisimo error que estampe nuestras expectativas contra el cristal de la realidad. Si hay algo que está claro es que aquí funcionamos a base de ensayo y error, la voz de la experiencia es ignorada por nuestros cuerpos sedientos de adrenalina y ganas de demostrarle al mundo que somos especiales. Desgraciadamente, nos damos de bruces contra eso que llaman destino. Las posibilidades de éxito son inversamente proporcionales a las ganas que tengamos de ganar. Vivimos coleccionando fracasos, sentimentales y profesionales, y buscando obtener tantos éxitos como abarquen nuestros brazos. Y el amor, el amor es fuego, es quemarse y consumirse y desafortunadamente no dura para siempre. Por eso es peligroso querer mucho y sin control, porque avivar demasiado la llama, puede quemarte antes, más y peor. Vete haciéndote a la idea poco y ve planeando ese futuro incierto, o disfruta de cada calada de este cigarro al que llamamos vida, saborea ese humo llamado amor, que el olor amargo que tendrás después , solo lo quita el tiempo, ni chicles, ni colonias, ni perfumes...
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