No hay nada, de lo que debamos sentirnos culpables, ni nadie a quien culpar.
No hay nadie a quien odiar, aunque sí hay algunas cosas que es mejor evitar, y esta clase de callejones sin salida, se volverán cada vez más evidentes.
Cada uno de nosotros, hemos elegido nuestro propio nivel de conciencia y, sin embargo, nadie podría haberlo hecho de otro modo, en ningún momento.
Solo desde "Aquí", podemos llegar "Allí".
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