Comparar, tamizar, aprender, batallar, imaginar, sentir, pensar..., todo eso es como tratar de asir una sombra o perseguir el viento.
En cambio, está el impresionante y desbordante don de parar, de permitir el desprendimiento...
Para por favor...
Para de hablar, para de objetar, para de quejarte. Para
aunque solo sea por un momento...
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