¿Que es la belleza?
Se dice que cada cual tiene su idea y sus patrones de belleza. En la filosofía, Aristótoteles define la belleza como "armonía" Así la belleza sería la debida proporción de las partes con el todo. Lo que también puede decirse de otra manera: la unidad en la diversidad.
Pero… ¿Qué es lo que nos hace bellos? ¿Dónde reside la belleza absoluta? ¿Existe algo que sea bello para tod@s y para siempre?
A lo largo del tiempo y del espacio el canon de belleza ha ido transformándose, adaptándose a los gustos sociales del momento: la tez pálida del medioevo era un signo de distinción y nobleza; hoy nos tostamos bajo una máquina para conseguir un bonito bronceado. Los gimnasios y los “cuerpos danone” están a la orden del día; los chicos siguen criando músculos y las chicas aumentándose los pechos. Nos venden cremas, yogures, cereales, aparatos de gimnasio, dietas fabulosas, rostros y cuerpos perfectos…
Y cerebros?
Sí, a todos nos gusta contemplar un cuerpo estético, disfrutar de la vista de algo bello, deleitarse con la hermosura. Y por supuesto, ansiamos también ser el objeto de la admiración de los demás, tener un 60-90-60 que haga las delicias de aquellos, y las envidias de aquellas, que nos observan.
Pero muy a menudo olvidamos que el aspecto exterior es sólo una parte, y no la más importante, de lo que somos…
No hay nada malo en cuidarse, en querer tener un aspecto bonito y una buena salud; lo peligroso es convertir ese anhelo en una obsesión hasta el punto de convertirnos en jarrones de porcelana sin rosas en su interior.
“El ojo que ves, no es ojo porque tú lo veas, es Ojo porque te ve…”
Cuando aquellos que verdaderamente te aman miran a tu pecho, no son tus tetas lo que ven, sino tu corazón. Procura que tus flores no se marchiten y tu jarrón lucirá hermoso, aunque sea un simple tarro de cristal…
A lo largo del tiempo y del espacio el canon de belleza ha ido transformándose, adaptándose a los gustos sociales del momento: la tez pálida del medioevo era un signo de distinción y nobleza; hoy nos tostamos bajo una máquina para conseguir un bonito bronceado. Los gimnasios y los “cuerpos danone” están a la orden del día; los chicos siguen criando músculos y las chicas aumentándose los pechos. Nos venden cremas, yogures, cereales, aparatos de gimnasio, dietas fabulosas, rostros y cuerpos perfectos…
Y cerebros?
Sí, a todos nos gusta contemplar un cuerpo estético, disfrutar de la vista de algo bello, deleitarse con la hermosura. Y por supuesto, ansiamos también ser el objeto de la admiración de los demás, tener un 60-90-60 que haga las delicias de aquellos, y las envidias de aquellas, que nos observan.
Pero muy a menudo olvidamos que el aspecto exterior es sólo una parte, y no la más importante, de lo que somos…
No hay nada malo en cuidarse, en querer tener un aspecto bonito y una buena salud; lo peligroso es convertir ese anhelo en una obsesión hasta el punto de convertirnos en jarrones de porcelana sin rosas en su interior.
“El ojo que ves, no es ojo porque tú lo veas, es Ojo porque te ve…”
Cuando aquellos que verdaderamente te aman miran a tu pecho, no son tus tetas lo que ven, sino tu corazón. Procura que tus flores no se marchiten y tu jarrón lucirá hermoso, aunque sea un simple tarro de cristal…
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