Y yo digo
: bien caliente, con espumita, y si es posible con una capita de canela, cacao o vainilla en polvo, el café con leche es uno de mis vicios, a los que nunca pienso renunciar.
"Un sorbo de café baña los espíritus deprimidos y los eleva más allá de los sueños más sublimes"
Por eso, por eso mismo... mi cafécito con leche que no me falte.
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