martes, 31 de julio de 2012

La ventana


De repente se abrió de par en par esta mañana, 
la ventana de mi corazón que mira a tu corazón. 
Y maravillosamente vi mi nombre, 
aquel con que me nombra tu voz más íntima y querida, 
escrito sobre las hojas y las flores en tu corazón.
Y esperé silencioso.
Un instante se alzó, volando, el visillo que separa tus cantos de los míos.
Y descubrí que en la claridad de tu mañana, en tu corazón, alguien cantaba
mis canciones futuras, las que no he soñado ni cantado todavía. 
Y para aprender mis propias canciones, me senté, silencioso, a tus pies.
Tagore

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