La gente es muy observadora, de los demás...
Dos amigos salen a pasear cuando de pronto empieza a llover…
-¡Rápido,…-dijo uno-…abre tu paraguas!
-No va a servir…-le contestó su amigo-, mi paraguas está lleno de agujeros…
-¡Y entonces!, ¿¡para qué lo trajiste!?
-no pensé que fuera a llover…
Puedes reirte muy fácilmente de los actos ridículos de la gente, pero, ¿Alguna vez te reiste de ti mismo...?, ¿Alguna vez te sorprendiste a ti mismo haciendo algo ridículo...? No lo creo, generalmente no nos observamos a nosotros mismos... Toda nuestra observación es para otros, y eso no nos ayuda...
Usemos esta energía de la observación para nuestra propia transformación; puede traernos tanta alegría y tanto regocijo, que ni siquiera podemos soñarlo... -Es un proceso simple, pero una vez que lo empecemos a aplicar en nosotros, se vuelve una meditación…y es que uno puede hacer meditaciones de cualquier cosa…
Cualquier cosa que nos lleve a nuestro Ser, es meditación…y es inmensamente significativo que encontremos nuestra propia meditación. Porque cuando la encontramos , encontramos mucha alegría…y como es nuestro propio descubrimiento y no un ritual que alguien nos impone, nos encantará profundizar en ella…y cuanto más lo hagamos , más felices vamos a sentirnos... -en paz, más silenciosos, más integrados, más dignificados, con más gracia…
Todos conocemos la observación , así que no tenemos que aprenderla, solamente tenemos que cambiar los objetos a observar…y mirar más cerca de nosotros…
Empecemos por observar nuestro propio cuerpo y vamos a llevarnos una sorpresa…-yo puedo mover mi mano sin mirarla, y puedo hacerlo mirándola, quizá no veas mucha diferencia, pero yo sí la puedo sentir…-cuando la muevo observándola, hay gracia y belleza en eso, hay paz y silencio…También podemos caminar observando cada paso…y va a darnos todo el beneficio que pueda darnos el caminar como un ejercicio, y además, va a darnos el beneficio de una simple gran meditación…

Presenciar es como sembrar semillas....