martes, 30 de octubre de 2007

Olvídalo


Llegó un discipulo de Sócrates con él y le dijo:
-Maestro quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti malamente...
Sócrates lo interrumpió diciendo:
-Espera, ¿ya hiciste pasar a través de las tres barreras lo que me vas a decir?
-¿las tres barreras?
-Si -replicó Sócrates-. La primera es la verdad. ¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que quieres decirme es verdadero en todos sus puntos?
-No, lo he oído decir a unos vecinos...
-Pero al menos lo habrás hecho pasar por la segunda barrera, que es la bondad.
Lo que quieres decir, ¿es por lo menos bueno?
-No, en realidad no, al contrario...
-¡Ah! - interrumpió Sócrates-, entonces vamos a la tercera barrera.
¿Es necesario que me cuentes eso?
-Para ser sincero, no. Necesario no es.
-Entonces - sonrió el sabio-, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario,
olvídalo...

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