viernes, 15 de agosto de 2014

Una mujer...


Nada mas reparador que caminar sin permiso.
Nada mas elocuente que un rostro distendido,
una espalda flexible y unas piernas firmes;
a pasos certeros.
Nadie mas desobediente que una Mujer despeinada,
nadie mas contundente que una Mujer con voz propia.
Nunca nada mas claro que una Mujer mirando a los ojos,
que mira de frente, que orgullosamente Dice,
con toda solvencia que busca, que quiere, que espera encontrar
y sabe qué no.
Una Mujer común, una Mujer real.
Una Mujer con Madre que la hecho Madre de Sí.
Una Mujer con Padre del que ha aprendido que y quien no.
Una Mujer de historia, una Mujer sin historias.
Nadie mas esperanzador que una Mujer,
Nadie mas cargado de promesas posibles;
de relatos propios, de perfumes sutiles
y de palabra profunda y gestos solventes.
Nadie mas misteriosamente clara que una Mujer
con cuerpo; con un cuerpo que siente y porque lo hace
no finge, ni en la cama ni en la vida.
Nada mas tibio y querido que un útero que palpita;
que contiene que sostiene, que acompaña y que libera.
Nadie como una Mujer.

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