Cuando uno se enamora,
las cuadrillas del tiempo
hacen escala en el olvido,
la desdicha se llena de milagros,
el miedo se convierte en osadía,
y la muerte no sale de su cueva.
Enamorarse en un presagio gratis,
una ventana abierta al árbol nuevo,
una proeza de los sentimientos,
una bonanza casi insoportable,
y un ejercicio contra el infortunio.
Por el contrario desenamorarse,
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba,
es regresar mas pobre al viejo enigma,
y dar con la tristeza en el espejo.
Mario Benedetti
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